Hot! Gallery La oración modelo

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también
en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, 
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas 
en tentación mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder,
y la gloria,por todos los siglos, amén.  (Mateo 6:9-12)

Los escribas y los fariseos a menudo ofrecían sus oraciones en el mercado y en las calles de las ciudades. Cristo los llamó hipócritas. En todos los tiempos hubo hombres que oraron para ser vistos de los hombres… Cuando Cristo ve en sus discípulos errores que pueden descarriarlos, siempre los instruye en el camino correcto. No los amonesta sin darles también una lección instructiva para mostrarles cómo deben remediar el error. Después de instruir a sus discípulos para que no usaran «vanas repeticiones» en sus oraciones, con bondad y misericordia les enseñó una corta oración modelo, para que supieran evitar las oraciones de los fariseos. Al darles esta oración, sabía que estaba ayudando la flaqueza humana al poner en palabras lo que abarcaba todas las necesidades humanas.
La Majestad del cielo, mientras se encontraba dedicada a su ministerio terrenal, oró mucho a su Padre. Frecuentemente pasaba toda la noche postrado en oración. . . El Monte de las Olivas era el retiro favorito del Hijo de Dios para sus devociones. A menudo, después que la multitud lo había dejado para el descanso de la noche, él no reposaba aunque se hallaba cansado por las labores del día. . . Mientras la ciudad permanecía en silencio y los discípulos habían regresado a sus hogares para obtener refrigerio en el sueño, Jesús no dormía. Sus divinos ruegos ascendían a su Padre desde el Monte de las Olivas en el sentido de que sus discípulos se mantuvieron libres de las influencias malignas que tendrían que afrontar cada día en el mundo, y que su propia alma fuera fortalecida y vigorizada para los deberes y las pruebas del día venidero. Toda la noche, mientras sus seguidores dormían, su divino Maestro oraba. El rocío y la escarcha de la noche caían sobre su cabeza inclinada en oración. Su ejemplo queda para nosotros, sus seguidores. .